Animalillo feroz. Cuando las flores ya no saben destacar por
su perfume / has roto el cristal de lo que era normal / pisas los pedazos
cada día y no te cortas. Primera en morder la manzana tu aliento no aparenta ni
duelo ni culpa. Todo lo que tocas lo rompen mis manos / pronto llegará el
invierno.
Me miras desde lejos, una distancia involuntariamente prudente / las macetas de tu casa las riegas con las agüitas de mi corazón. Una luz, una sombra, una caricia. Una alegría que es mía desde siempre pero que no conocía porque la guardabas contigo, en ti, donde nacen los charcos.
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