lunes, 16 de mayo de 2016




     El dolor físico de la melancolía, un hilo que estrangula la parte indefensa de la boca del estómago, un frío helado más adentro que la pena, pero qué es, quién lo define sin caer en el exceso de adjetivación, quién que no tenga miedo a enfrentarse a mis ojos cuando digo dolor físico de la melancolía, a palpar mi carne derretida por la impaciencia, por la prisa por verte, y qué ángel redentor que sepa que te amo como él ama mantener viva la herida, que es su trabajo, para dar de comer a su familia.
     Algo no va bien. Si no es el espejito roto donde habrá de reflejarse el alma en lo que dure la espera, qué es.






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