jueves, 30 de junio de 2016




Te acercas lo suficiente al jardín. Es un bosque donde duermo todavía donde descubres tú sola que las mañanas de verano traen el triunfo del amor. Si tienes miedo te cobijas en su vanagloria. No tocas las flores para no romperlas. No enciendes las luces para no despertarme. Recuerdo que en algún sueño deseé ser mujer con hambre de carne de niña adolescente pero soy el joven que te ama. Pasará el tiempo que se llevará la pena amarga. Madurará el fruto rojo silvestre. El tacto de tu mano dirá la herida de los dos y alguien querrá morir cada día para ver cómo lloras los muertos de los animales.




miércoles, 29 de junio de 2016




     Adoro el juego concienzudo de la bestia en pleno silencio oscuro de mi corazón. Dice cosas muy bonitas de la flor llorona. La llama siniestra. Los niños que serán nuestros hijos nunca le tendrán miedo. Te decimos el cariño y la pasión del primer día. Eres amable con nosotros y nos cuidas. Te lo dice un árbol. Te lo dicen los animales de Laura Makabresku echados sobre la cama, pintando el erotismo, la risa de un cuerpo desnudo, la rabia, a menudo te lo dice una pared blanca pintada con aire blanco de mis pulmones, para que nunca olvides respirar, para que ames mis manos cuando penetren en busca del gozoso fruto de la carne blanda. Te lo dice la lluvia: a la bestia y a mí no nos tengas miedo, somos como tus labios, pronto beberás de la exquisita saliva.



martes, 28 de junio de 2016




     Donde se ha cuidado con cariño el fuego que ha de apagarse alguien llorará para siempre las cenizas. No serán cenizas de nuestro fuego preferido nuestras manos que se entrelazan cruzando carreteras y caminos, saltando valles y corrientes peligrosas de vigorosos ríos que no esperábamos. Donde se espera que se apague el fuego no temas, querida: alguien guardará para siempre el secreto cómo seguir cuidando de la magia de la flor, de la habilidad de su perfume para ofrecerse a unas manos que escriben de mañana que son un puente donde una niña y un niño esperan junto a una casa que un hombre ha construido con sus manos que se han hecho fuertes con tu sola presencia ahí. 





lunes, 27 de junio de 2016




     A alguien le parecerá demasiado precipitado querer pasar el resto de mi vida cuidando de ti y de tu hija, alguien que no arriesga sus pies ni se asoma valeroso al abismo ni ha probado el delicioso jugo de la fruta de tus labios. Alguien qué. Alguien cuándo. Alguien dónde que no le creamos o tapemos nuestros ojos con increíble venda de seda para que nadie decida algo tan importante para nosotros como nuestro futuro, ni el aire que pesa, ni la paloma mensajera que se cansa, ni una larga carretera.
     Lee este cuento a la niña cuando despierte, y lo que ella entienda será lo que signifique y lo que merezcamos.




domingo, 26 de junio de 2016




     Es el primer sol de la mañana y bajo él me reúno con lo mejor de ti. Luciana Urtiga lo sabía cuando aquella serie de fotografía autorretrato surrealista. Ella ha sido quien ha preparado la merienda por si la cita se alarga un poco más de la cuenta. Me reúno bajo el matutino canto de la luz universal dos o tres veces conmigo, conociéndote no hay quien esté solo cuando está consigo mismo. No hay quien esté solo a la sombra del gigantesco abedul de las primeras emociones fuertes un domingo. Te preocupas por mí y disculpas las agujas en el alma. Yo te digo que voy a lograr acostumbrarme y me miras, desde el otro lado, siempre desde el otro lado con esos ojos azabache y el doloroso olor de la menta.




sábado, 25 de junio de 2016




     Animalillo feroz. Cuando las flores ya no saben destacar por su perfume / has roto el cristal de lo que era normal / pisas los pedazos cada día y no te cortas. Primera en morder la manzana tu aliento no aparenta ni duelo ni culpa. Todo lo que tocas lo rompen mis manos / pronto llegará el invierno. 
  Me miras desde lejos, una distancia involuntariamente prudente / las macetas de tu casa las riegas con las agüitas de mi corazón. Una luz, una sombra, una caricia. Una alegría que es mía desde siempre pero que no conocía porque la guardabas contigo, en ti, donde nacen los charcos.








viernes, 24 de junio de 2016




     Resulta que, curado de espanto, acostumbrado a vivir codo con codo con los de abajo, con la mirada al suelo y desesperanzado vuelves a caer en su trampa, en las garras de la felicidad, y el golpe es fuerte, brutal, insoportable cuando te das  de bruces, desde afuera, con la cruel imagen de quien siempre has sido. No cuesta mucho trabajo volver la vista atrás, reconocer el reguero de sangre seca que has ido dejando como lluvia ácida sobre el pavimento de aquella ciudad deshabitada pero, como os digo, cuesta mucho menos apreciar tan dichosa realidad que una mujer me regala. 
     Esta mañana he sacado a pasear el perro que no tenemos, cuando he vuelto, le he preparado el desayuno, se lo he llevado a la cama en la que no hemos dormido juntos y, cuando ha abierto los ojos, lo primero que he podido ver en estos es que hay un estrella que ni se apaga de día ni necesita que alguien pida deseos para tener una razón por que seguir andando.




jueves, 23 de junio de 2016




     Imagino que a las tortugas no les entusiasma la idea de pensar en regresar sobre sus pasos, debe ser muy duro volver la vista atrás y descubrir cuán largo ha sido el camino para los de tu especie, con qué desaire sin embargo lo han recorrido otros más avispados. A mí no me gusta la idea de pensar que cuando digo regresar sobre mis pasos no estoy hablando más que de esa misteriosa enfermedad de regresar sobre mis pasos. Es como si me uniera a ellas idéntica filosofía de vida, salvo por eso de no preguntarte continuamente algo, salvo por el verdadero optimismo con que ellas toman la condena a la lentitud de la vida, salvo por esto de inventar cuentos cada mañana y procurar tenerlos listos para cuando despiertes.




martes, 21 de junio de 2016




     Tengo un cuerpo medio bosque medio incendio forestal. En esta disyuntiva despierto y duermo y pienso en ti como lago. No te molesta porque no lo sabes. No piensas en quitarte ni la ropa ni la vida. Eres así de complaciente con lo que no se sabe: hasta cuándo, por ejemplo, durará nuestro tormento. Amigo del bien. Testigo incongruente del mal. Hermano menor de los cuentos que he empezado a coleccionar para tu hija mi cuerpo desnudo es incansable y silencioso. Algunos animales que me habitan se sientan y lo escriben. Lo bautizan otoño oscuro por las tardes. No ha elegido su perfume y, sin embargo, parece saberlo todo de ti. Yo me siento y lloro. Mientras lo contemplo. Mientras busco dónde está el poema.








En amor, la libertad no consiste tanto en volar como en mimar tus alas con melliza ilusión todos los días. Cuidar de Amor sabiendo que La perfección del amor es morir por amor, según Denis de Rougemont. Soportar las calumnias, pero no aguantar de pie: quedarte vacío, romperte y reconstruirte en sucesiva, que es así como Amor cumple su ritual de embaucamiento y belleza. Qué pretende un tipo como yo cuando habla de Amor: no veo más allá del deseo de que J despierte y me dé los buenos días para que otra vez pierda la barbarie su sentido, y otra vez en mi pueblo sólo se escuchen los gritos de los niños que juegan en la calle, y en mi cuarto, sólo los suspiros. Mi primavera sueña un lobo que sueña un pájaro, acertó Alicia Millán.









lunes, 20 de junio de 2016




     Con sus ojos me pregunta qué somos, con esos ojos antimateria y antiespíritu, vacíos, que no llenan el cuenco ni de agua ni de vitalidad. No me conoce, no mira ponerse el sol, ve posarse el gorrión vencido sobre el alféizar de la ventana más alta de la fachada verde pero le cuesta mirar ponerse el sol. Qué somos, y parece haberlo descubierto en los esconchones de la pared de la vieja plaza: el estúpido vencimiento de todos los días, un cantar sobre el alféizar de la ventana, parado, sin ritmo, a la espera.










domingo, 19 de junio de 2016




     En los ojos de un niño cabe el mundo, un mundo pobre es una mirada de niño triste. En el hoyito que forma la clavícula cabe el cariño y todos los besos que quieras darme. Se forman charquitos de agua clara. Bebes sin tener sed. En mi corazón cabe el aire limpio que respiran los hijos que no hemos concebido. Tú también lo respiras. Eres madre de las cosas que deseo. Dueña de un sentimiento cuya necesaria fuerza le es arrebatada a las primeras luces de la mañana. Mi aire: decirte te quiero.




sábado, 18 de junio de 2016




     Hombre en construcción, joven promesa del jardín, espinoso cuerpo sin explotar todavía tiene respuestas para todo menos para el prematuro odio que gobierna su cuerpo. Cuidado al tocarlo, las espinas tiernas son las más eficaces si tienes pecados sin confesar. Pero el hombre en cuestión ya no es un niño y él lo sabe: Riti del corpo. Difesa della Luce, de Roberto Kusterle. Seguramente yo no sepa ni sabré qué quiso el artista decir con tanto aparente caos interior, por lo cual: el hombre espinado sólo puedo suponer que sea yo, entonces me despojo del dolor, que no significa nada porque contigo sólo será la alegría, la pasión por vivir, y para que no sean tus manos las manos que sangren por mis espinas.






viernes, 17 de junio de 2016




     Viaje al interior de la botella para descubrir cuán fantástico debe ser habitar el alma del mensaje. No imaginar que acabarías siendo pedazo de carne engullida por el sentimiento del mar. Ser responsable de si llegas, de si te esperan, de las lágrimas contenidas. Libre como el viento impetuoso, sus prestas hazañas. Obligatoriamente testigo del nacimiento. Del camino. Del ahogo.






miércoles, 15 de junio de 2016




Todo forma parte de una ininterrumpida sucesión de órdenes mal dadas al corazón, cada día sin descanso hacia quién sabe qué últimas luces que nos condecoren. Desde que nacemos, hasta que creemos haber empezado a morir; desde que escogemos para nosotros una flor preferida o buscamos una palabra salvadora de unos labios que matinalmente nos hacen canalizar nuestro caos, hasta que, junto a nuestra primera habilidad para elegir pareja, descubrimos el terreno fangoso -y esto es a lo que llamamos madurez- en que jugamos.




martes, 14 de junio de 2016




     Llorar por mí, llorar -como dice un buen amigo- por todos mis compañeros, llorar por seña, por gesto, por número en el calendario que sujetar la rabia no puede. Por la ilusión, por la nostalgia, por una mujer que recuerdas sentada a tu izquierda. Por su cuello, llorar, por su espalda. Por una mariposa, llorar. Por la corriente del río, llorar. Llorar, al fin y al cabo, que no es sino mostrar que tienes miedo, y tener miedo, al fin y al cabo, que no es sino mostrar que necesitas una mujer que te cuide. 
  Y sonreír, en la que, ahora sí, por la dificultad, es la última línea.






domingo, 12 de junio de 2016




     Luchar por tus sueños no es cosa de uno, cosa de uno es despertar, enfrentarte a la realidad también es cosa de uno. Las cosas que valen la pena son cosa de dos y dos son quienes han de defenderlas: batallar con idéntica armadura, demostrar que están ahí para algo, que tienen una misión, una larga distancia más allá de mi amor por tu amor sin puente accesible. Siempre hay alguien que sabe que de difíciles batallas merecidas victorias. Y no te hablo ya de sobrevivir o de amar a duras penas, sino de un amanecer, un perro, una casa en el campo.




sábado, 11 de junio de 2016




     Me fui a la cama en ayunas, -¿tal vez por eso?- he soñado a cámara lenta y recuerdo rostros y gestos con curiosa fluidez conforme escribo. Ahora una piscina de agua dulce, ahora mi cuerpo nadando en un mar de poca profundidad mientras llueve abundante.
     Puedo imaginar a Dora Maar, callada, persuadida por la satisfacción del que acaba de hacer las cosas como pretendía, sentada ante su Study for Petrole Hahn, y atisbando y guardando para ella las primeras imágenes que a ratos se le vienen de tu existencia, única y sincera cuando llueve y estás sola y miras a través de la ventana.




viernes, 10 de junio de 2016




Mi boca es un disgusto, un acantilado, por eso mis poemas, siempre en forma de recuerdo, no van a salvar a nadie. He encontrado lo que siempre quise, casi sin darme cuenta he cumplido, porque cuando me asomo a la ventana con vistas al futuro también yo deseo cosas normales, mis sueños. Juro que la quiero como si fuera mía, como si hubiera sido mío el dolor de su nacimiento. Ser sangre de su sangre no puedo, no puedo ser carne de su carne, pero puedo cuidarla, arroparla, decirle no tengas miedo, leerle un cuento.




jueves, 9 de junio de 2016




Ahora escribo pájaros, no los veo venir, no los elijo, Cortázar. Las palabras se me enredan, cruzan por delante de mis ojos como imágenes de toda una vida en el momento justo de morir. Versos, estrofas, párrafos completos. La poética y su canto. El muro de cemento que separa la lágrima del poeta y la lágrima del lector, sea este último infiel y usurero. Y un pájaro cantó, delgada flecha, Octavio Paz. Todos parecen iguales cuando se posan en la rama fina, cuando miran a los ojos con sus ojos diminutos, cuando callan, y cuando gritan su dolor, sobre todo cuando nadie lo escucha. Los días se parecen a los pájaros, igual tristeza dejan cuando pasan, la misma oscuridad, igual silencio, Miguel Florián.





miércoles, 8 de junio de 2016




El valor de tener entre mis manos un amor como el suyo es saber que prefiere quedarse, admiro sus alas aún en su cajita original, a expensas de quién sabe qué aventuras y desventuras. 
Hoy, pensando en lo nuestro, recuerdo aquellos indefensos gorriones, no hará tantos años, cuando yo aún era niño, aquellas largas tardes de verano sentado bajo la sombra de los gigantescos árboles escopeta de perdigones en mano y que, ya en el suelo, abatidos, inertes, sucios de entretenimiento inútil y los ojos vacíos de vida, nunca me atreví a pedirles perdón.




martes, 7 de junio de 2016




     Serían las seis de la mañana cuando desperté a golpe de congoja. Inmediatamente te dejé un mensaje en el teléfono: Me he despertado llorando, tras lo cual pensé: Je ne pleure pas pour vous, che, que si mi memoria no me falla quiere decir que no estoy llorando por ti, pero no te lo dije. Por ti es sólo la alegría, esto no soy capaz de traducirlo al idioma galo. De vez en cuando me gusta recurrir al idioma galo. El culpable es el sueño que otra vez me pilla indefenso y desprevenido. Lo que ocurre con el sueño es que es algo caprichoso, casi siempre en un bosque de cuyos árboles pendientes sus ramas decididas. Dice Isabel Bono en La espuma de las noches que recordar lo soñado es vivir el doble. Para insomnes como yo, doblemente milagroso.




lunes, 6 de junio de 2016




Hoy, al despertar, te he imaginado hablando con mi madre a mitad del pasillo. Esto antes del correspondiente mensaje de buenos días. No sé de qué hablabais porque ahora sé que todo ha sido una alucinación, pero manteníais un tono bastante cariñoso, tanto que hasta he de reconocer que me ha dado un poco de miedo: habla flojo, no vaya a despertarse; y mi madre: tranquila, tiene un sueño profundo. No sé si alguien en el mundo habrá pasado por esto alguna vez en su vida, supongo que sí, pero lo que sí sé a ciencia cierta es que es muy difícil escapar de las garras de la ilusión cuando esta se afana en cumplir su destino. Yo no quiero escapar. Eras niña con su casa de muñecas.







domingo, 5 de junio de 2016





     He apagado la música para escuchar tu corazón que dice: sé un hombre y agarra el toro por los cuernos, tienes que cuidar de nosotras; tu familia. Es la primera vez que una estrella se acerca tanto a mí y me habla del mañana. Donde hubo ilusión queda una mirada perdida pero no sé porqué digo esto, supongo que no es más que una frase hecha de tantas que andan revolviéndolo todo en mi cabeza, y que podría haber metido en cualquier otro lugar. El caso es que es la primera vez que una mujer me habla de un futuro juntos y he puesto las dos manos en el hierro candente que, en el caso de haberlo sido, me hubiera despertado del sueño.







sábado, 4 de junio de 2016




     Estoy ante los ojos de mi madre, espero que se vaya, a ratos lo deseo, para estar libremente a solas con mi capacidad de decisión. Son las once de la mañana y lloro. Pasaron las diez de la mañana y también lloro. Por lo incomprensible. Por mi corazón. Por esta pensión deshabitada y sucia donde no hay olvido. Miro tu fotografía. Salgo a fumar y la ansiedad crece. Pienso que mi vida es apenas un afluente, a la manera de Storni, hacia la trágica mar.











viernes, 3 de junio de 2016





     Nos entendemos bien. Yo lo dejo ir a su antojo, y él me lleva siempre adonde quiero. Así comienza Juan Ramón Jiménez el capítulo XV de Platero y yo: Amistad. Seguramente extasiado por alguna de esas solas melancolías de los hombres del monte en que cualquier excusa es buena para hablar del corazón, y es fácil pensar que lo de menos era el burrito, siendo que volver a leerlo después de tanto tiempo a mí me ha hecho pensar en la manera que tienes, mujer, de demostrarme que, antes de amantes, podemos ser buenos amigos. Sé que soy su felicidad. Hasta huye de los burros y de los hombres...












jueves, 2 de junio de 2016




     Escribir el sonido de los pájaros: / sonido de los pájaros / los pájaros. Pesa más que el ruido, más que el cuerpo bruto que puede quebrar la fina rama. El cielo de un azul más claro que el claro recuerdo y más rojo un beso de tus labios que tu campo preferido. La flor con su perfume espera, no dice nada, sólo espera. Escribir el sonido de tus labios: / sonido de tus labios / tus labios.







miércoles, 1 de junio de 2016




     Al este, Alicante. Aquí visité un castillo y fui por encima del mar vástago de la furia de todos los vientos, y me sentí feliz porque mucho más allá descansando sobre aparentes inalcanzables horizontes yo podía ver tu pueblo. No en realidad, pero quizás lo hiciese. Agua salada para los jardines de la espera, para las ramas del cariño. Lejanía para luego redención.