martes, 28 de junio de 2016




     Donde se ha cuidado con cariño el fuego que ha de apagarse alguien llorará para siempre las cenizas. No serán cenizas de nuestro fuego preferido nuestras manos que se entrelazan cruzando carreteras y caminos, saltando valles y corrientes peligrosas de vigorosos ríos que no esperábamos. Donde se espera que se apague el fuego no temas, querida: alguien guardará para siempre el secreto cómo seguir cuidando de la magia de la flor, de la habilidad de su perfume para ofrecerse a unas manos que escriben de mañana que son un puente donde una niña y un niño esperan junto a una casa que un hombre ha construido con sus manos que se han hecho fuertes con tu sola presencia ahí. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario