viernes, 29 de julio de 2016




     ¿Porque tú tienes un animal preferido y yo no? Se me llenan los ojos de agua cada vez que lo pienso. Ya ves querida qué tontería pero respóndeme: de qué guerra regresáis tus gatos y tú. Y su alimento: qué ratón que no he visto yo primero logra escapar todos los días de sus desayunos, en qué agujero diminuto guarda su secreto, de qué cocina se apropia que no invade como si no conociera ni mi espacio ni mi tiempo. No ha muerto, es fácil adivinar que el ratón vive y es que se ve que a tus gatos, como a mí, los tienes bien enseñados. Lo que no sé es a qué animal servirá entonces de alimento, cuál será su correspondiente trágico destino siendo que a veces nos miro y no nos flaquean las piernas ni nos decrece el vientre. No leas este cuento a la niña o te colmará de preguntas.




jueves, 28 de julio de 2016




     Uno siempre deja que de tanto cariño el cristal se rompa para ver si la otra parte permite que lo toque y se corte. Tiene que ser así aunque a nadie le gusta, nadie lo hace a propósito. Me lo han dicho esta mañana las azucenas con las que comparto maravilla y desamparo. No debes dejar que el próximo capítulo discurra a su antojo pues esta historia tiene sus ambiciones y le bastará un despiste para llevarlas a cabo. Uno siempre se acostumbra y, frotándose las manos, hace saber a todos su satisfacción por las cosas bien hechas, hasta que el pájaro no canta, al menos no victorioso, porque ya no está sano el pie golpeado por la piedra.




martes, 26 de julio de 2016





     Dicen de un hombre diminuto, yo diría enano, tímido, así como cómodo en su pompa de jabón, que sólo salía al mundo en busca de los víveres necesarios para una larga temporada en su frío y transparente hogar donde, al contrario de lo que pensáis, nadie desde afuera podía ver a qué dedicaba su tiempo libre. Era un hombre bueno, un hombre feliz en su abstracta realidad, tan distante del mundo que todos conocemos y tan despreocupado de todo salvo de su futuro: conocer mujer, formar una familia, tener una casa en el campo. A menudo pensaba estas cosas, lo que hizo que acabara tomándole un gusto exquisito a esos paseos matinales por los alrededores de su burbuja. Así fue como, un cinco de abril, martes por la mañana, uno de esos giros repentinos que de vez en cuando da la vida hizo que, de la misma inercia de rotación la pompa estallara, dejando al hombrecito afuera, indefenso y asustado, expuesto tal y como era a una mujer y a su hija, con quienes meses después pudimos saber que hubo formado una familia. 




viernes, 22 de julio de 2016




     Apenas rastro de lo que vi ni siquiera sombra perdura. Quise buscarlo bajo tu abrigo, sin hacerte ningún daño. Espero, pues, pero no lo mencionan los niños y entorno los párpados, tengo cogida tu mano y ahora sí: resulta que soy yo quien guarda el secreto desde siempre -a salvo- el lugar donde nacen los charcos, y al mirarte a la cara es como si me descubriera en ti y en tu hija.








miércoles, 20 de julio de 2016




     Quién dormirá contigo esta noche. Lo ignoro: lástima, bochorno, suburbio. Te habías marchado y vuelves cuando ya no te conozco, para que te tenga miedo, para que no sepa cómo mirarte a los ojos. Todo empieza de cero, volvemos al principio, eterno retorno como nadie hubiera imaginado, ni Susanne Stemmer en su Vienna Opera Ballet Company que ya lo veía mucho antes de fotografiarlo. Quién dormirá contigo esta noche. Ojalá ella. Ojalá siempre solamente ella.





martes, 19 de julio de 2016




     Con las manos extendidas al fondo del cielo en busca de margaritas preciosas necesito una escalera, pues mis manos no alcanzan ni alcanza la voz a hablar con dios culpable. Sólo la poesía y una confianza ciega parecen estar de nuestro lado amor. Me duele escribir esta carta de otro puño y otra letra y me duele no saber a quién le dolerá no comprender entre líneas. Sonríe siempre. Te queremos.







lunes, 18 de julio de 2016




     Me gusta soñar contigo. Aun cuando no recuerdo nada sé que te vi delimitada por tus sombras y con ese poderío logras que te diga cosas como cuándo empecé a ser bueno con los demás. Cuando despierto no sé explicártelo. Eclipsas mis delirios de animalito agazapado todavía pero no pretendes sofocar mi suave locura. Dices que me adoras y lloro cuando me lo dices, aunque no siempre, y como cada día nos callamos muchas cosas yo nunca te digo que cierro los ojos y suspiro bajito que aunque esté solo no me importa hablar de amor todo el rato.




domingo, 17 de julio de 2016




     Hay cuervos grandes. Los comparan con la poesía de los bosques. Uno lleva mi corazón en sus garras y observo con gesto compungido que no se le escape. El golpe será devastador y el ruido un último te quiero. No estoy durmiendo pero soñaré que estás a mi lado para explicarnos a tu hija y a mí de la forma más preciosa lo que duele.














viernes, 15 de julio de 2016




     Se ha levantado una suave brisa que descansaba en tu nombre, cuando has despertado ha despertado contigo y me ha traído tu aliento. Una sola vez lo probé y no hay olvido. Me gusta tener todo el trabajo hecho bien temprano para sentarme y mirar, dejar que hable el tiempo, que diga el corazón lo que la piel se calla.







jueves, 14 de julio de 2016




     Otra vez cantan los pájaros y llora la salamanquesa. Lo de ayer sólo era una alarma, un presagio. No soy responsable de aquel silencio incómodo. No tienes la culpa de los golpes en mi espalda. Sin embargo qué poeta inocente podría ser poeta. Le faltaba agua a las plantas, gana a mi desgana. Hoy las golondrinas han desayunado. La adelfa venenosa acicalada desde bien temprano viste su mejor traje. Quién ha tumbado la silla si no ha sido el viento despiadado de las nueve y media.






miércoles, 13 de julio de 2016




     Anoche tuve pesadillas, y esta mañana todo está sospechosamente extraño. Ladra el perro de mi familia inexplicablemente y los árboles mecen el fruto a desgana, y en la escala de verdes, todos parecen iguales. Los pájaros, aparentemente no piden nada con su canto porque todos mis sentimientos se han unificado y no hay victoria. Esta mañana hace falta un viento del oeste. Tal vez la tormenta cambió de dirección. Digamos que anoche alguien dejó las farolas encendidas.










lunes, 11 de julio de 2016




     Mujer de espaldas y en la arena miras la infinitud de la vida y dices la humedad del sexo y del agua salada. Jarrón con flor en alguna playa jardín amable siempre he preferido. Sentada y semidesnuda pareces de una indiferencia hermosa y creo en dios que hace que todo lo puedas. Cuando te des media vuelta y me mires, estará mi boca tan cerca de tu boca que no habrá tiempo para que los niños se escondan.









jueves, 7 de julio de 2016




     Aquí la mañana amaneció nublada y fresca y al cabo de una hora ya había arreglado el jardín de la derecha. Recién me había sentado bajo el pino más grande a liar un cigarrillo, cuando empecé a sentir esta nostalgia que me ahoga todavía fruto de haber mirado hacia las aspas del molino y comprobar, cabizbajo, que ellas no estaban. Las sabias golondrinas, tres golondrinas madrugadoras que hoy sólo cantan en mi recuerdo, para siempre en un provechoso desayuno de manjares frescos.






lunes, 4 de julio de 2016




     Mendía Echeverría no busca el erotismo, lo encuentra, y mientras ella intenta mostrar su cuerpo yo busco mostrarte el mío, esto es lo que me diferencia de la fotógrafa, el público: Mendía trabaja para el mundo, yo cojo mi cámara, desnudo mi cuerpo, y trabajo para tu mundo donde condeno corazones al exilio y provoco incendios. Tu mundo que es recreo de carne salada, lluvia sobre mojado, sombra sobre sombra que no he probado. Misterio. Nube caliente. Tormenta de verano.







sábado, 2 de julio de 2016




     Pájaros y pena. Un espejo donde pude echar a volar para que volaras pero tuve miedo de ti y de mí, pero no quiero apresurarme: nos reflejamos, tocamos el otro yo y nos reconocemos como agua fresca ante el descubrimiento del fuego, nos llamamos por el nombre del otro y nuestro nombre produce igual sonido: no nos equivocamos pero andamos confundidos, y decimos te quiero cuando lo que queremos decir es quiéreme mucho. Masao Yamamoto y un espejo a orillas de un lago, así termino esta carta que es un cuento. Abraza a la niña.




viernes, 1 de julio de 2016




     Disculpa que insista en los bosques pero cuál será tu danza, cuál será tu manera de sonreír a qué clase de impúdicos imprevistos que esperabas. Tu boca, el coqueteo de la luz en tus mejillas, tus lágrimas sin ánimo de ofender cómo disimularán mis conflictos.
     Con la ayuda de Greg Ponthus acerco las orillas. Una niña que no conozco me mira porque mis abrazos no le dicen nada, le digo que pronto, muy pronto, y a ti te duele porque es hija tuya y sabes que nunca será mía. La niña no dice nada, sólo agacha la cabeza, puedo ver en sus ojos la tristeza de las ardillas, abraza su árbol favorito, y desaparece.