Anoche tuve pesadillas, y esta mañana todo está sospechosamente extraño. Ladra el perro de mi familia inexplicablemente y los árboles mecen el fruto a desgana, y en la escala de verdes, todos parecen iguales. Los pájaros, aparentemente no piden nada con su canto porque todos mis sentimientos se han unificado y no hay victoria. Esta mañana hace falta un viento del oeste. Tal vez la tormenta cambió de dirección. Digamos que anoche alguien dejó las farolas encendidas.
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