jueves, 30 de junio de 2016




Te acercas lo suficiente al jardín. Es un bosque donde duermo todavía donde descubres tú sola que las mañanas de verano traen el triunfo del amor. Si tienes miedo te cobijas en su vanagloria. No tocas las flores para no romperlas. No enciendes las luces para no despertarme. Recuerdo que en algún sueño deseé ser mujer con hambre de carne de niña adolescente pero soy el joven que te ama. Pasará el tiempo que se llevará la pena amarga. Madurará el fruto rojo silvestre. El tacto de tu mano dirá la herida de los dos y alguien querrá morir cada día para ver cómo lloras los muertos de los animales.




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