domingo, 26 de junio de 2016




     Es el primer sol de la mañana y bajo él me reúno con lo mejor de ti. Luciana Urtiga lo sabía cuando aquella serie de fotografía autorretrato surrealista. Ella ha sido quien ha preparado la merienda por si la cita se alarga un poco más de la cuenta. Me reúno bajo el matutino canto de la luz universal dos o tres veces conmigo, conociéndote no hay quien esté solo cuando está consigo mismo. No hay quien esté solo a la sombra del gigantesco abedul de las primeras emociones fuertes un domingo. Te preocupas por mí y disculpas las agujas en el alma. Yo te digo que voy a lograr acostumbrarme y me miras, desde el otro lado, siempre desde el otro lado con esos ojos azabache y el doloroso olor de la menta.




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