Se despeja la tarde. Ha pasado una tempestad que apuntaba a maneras y después no era para tanto. Agua y vientos fuertes. En el cielo apenas ha quedado alguna nube alta y blanquísima, y en ese azul claro, resquicio de tu amable temperamento, distingo un pájaro volando alto, probablemente una cigüeña, que me hace pensar en los amigos a los que, dado que eres secreto, no les he mencionado tu nombre.
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