jueves, 27 de octubre de 2016




Fuéramos religiosos para justificar nuestro templo, nuestra estancia en los jardines de la vida que de pronto se secan / donde acaso para que nos recuerden con alegría ni nuestra sombra perdura. Orgullosos con ánimo de lucro / nos pasamos la vida esperando una visita a la que mostrar nuestra casa sin tapujos. Nos quitamos la ropa, somos llorones desnudos. Capítulo I. Una gárgola nace, gárgola por el dolor que arrastra / cobra vida / se ha hecho piedra e inmediatamente empieza a fraguarse una historia que contar pero nada es lo mismo: guarda memoria. Es curioso cómo para apreciar la vida / tienes que haberte muerto / al menos un par de veces. Lo dice Judith beneficiaria.




No hay comentarios:

Publicar un comentario