martes, 8 de noviembre de 2016




     Una noche más en mi secreta oscuridad a gritos. A otros les pondrán un lazo atado a la muñeca. Decidle que me muero, que han soltado mi mano demasiadas veces y ahora cuelga pedazo de carne inerme. Bestias de agua fría vienen para llevarme. Sangre de hospital que nadie amó, charquito para la rabia de los niños. Decidle que le escribo desde estos paisajes nevados del pasillo, que sólo mi alma duerme en esa habitación y que tengo miedo a que esta sea una verdadera carta de despedida.




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