miércoles, 4 de enero de 2017




     Espejo, ese tipo que, perplejo, pero con respeto y buen estar, atendió las quejas de los hombres enamorados y ninguno era tan hombre como decía para desobedecer al corazón, lo que le sacaba una leve sonrisa cuando nadie estaba mirando. Hasta que el tiempo tomó la palabra.









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