viernes, 7 de abril de 2017




     Como Almudena para apartarse de la boca aquel cabello, como aquel poema, ofrecido mi cuerpo desnudo a la entreluz del cuarto abandoné el instante de la permanencia frente a la imagen que de ti tengo por las noches y, como realmente estaba solo, nadie como en aquel poema de Almudena Guzmán se reía de mí. Así, asustado de mí en la noche oscura, solo conmigo en medio del pasillo y con mi cuerpo derretido por vivencias trágicas no me lo pensé dos veces y arranqué a llorar.




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