martes, 9 de mayo de 2017




     Increíble cómo uno puede decir cualquier cosa y escucharse sin necesidad de salir de sí mismo o de estar en otro sitio, alejarse; nos aburren los cambios, nos aburre escribir literatura, pero nunca nos aburrimos de descubrir con asombro nuevo qué somos capaces de alcanzar por nuestros propios medios, con una voz que nos define y nos da la forma deseada -plastilina somos entonces en las manos de los niños- y nos acompaña.





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