viernes, 24 de marzo de 2017




     Rodeado de gente complicada con vidas complicadas con hijos difíciles de entender en una noche estomacalmente rara necesito atraer la atención de un mínimo público que escuche lo que tengo que decir sin parpadear a lo tonto y hablar acaso lo justo para pedir otro sobrecito de azúcar. La camarera está cansada, llueve y prevé que en su bicicleta pasará frío. No tiene quién la entienda: Estas son las personas que me gustan, la incomprendidas, las que me necesitan para no sé qué cosa extraña, las que siempre pisan en falso.




No hay comentarios:

Publicar un comentario